El vacío existencial…. ¿cómo lo lleno? 


Muchas veces sentimos que nada nos llena, que a pesar de que la vida está marchando bien, no somos felices, sentimos que algo nos falta, mientras que al tiempo nos juzgamos por sentirnos así ya que si lo tenemos todo ¿por qué nos quejamos entonces? ¿somos desagradecidos? https://mcpsicologia.com/te-sientes-estancado/

La primera señal de vacío existencial es el aburrimiento, así que lo que hacemos muchas veces es llenarlo con personas, cosas, compras, como decía Gustavo Cerati: “el que no ama compra” y nos damos cuenta, que todo esto no va a llenar la verdadera necesidad que es hacerte cargo de ti mismo. 

¿De dónde viene el vacío? 

Porque no estás haciendo lo que realmente quieres hacer por temor a la crítica, o a las perdidas (la gente no me va a querer o se va a ir de mi vida, o si me decido a hacer lo que me gusta tal vez no voy a ganar el mismo dinero…) 

Así que pregúntate ¿qué temo perder que no me animo a hacer lo que quiero hacer? 

Otra razón por la que no nos animamos a hacer lo que queremos hacer es porque tememos sentirnos incorrectos:  esto implica el temor a no poder hacerlo tan bien, el miedo a ser criticados o enjuiciados como locos: ¿ahora en plena crisis tomar semejante decisión? https://mcpsicologia.com/como-controlar-tus-pensamientos-negativos-para-que-no-tomen-el-control-de-tu-vida/

  

Y por último está el miedo a no controlarlo todo como lo controlas ahora, ya que es un cambio que puede implicar entrar en el terreno de lo desconocido y por supuesto en la incertidumbre. 

¿Qué hacer? 

Cuando sabes quién eres y te concentras en el ser y no en el hacer ahí empiezas a llenar el vacío. Así que pregúntate: ¿qué quieres hacer realmente? 

Para esto puede ayudarte, el empezar a tener mayor claridad de por qué haces algo: si lo hago porque sí o porque me toca, o porque es lo que hay, o porque me lo piden, y ahí ese vacío va creciendo porque justamente es algo autoimpuesto que en realidad no tiene nada que ver contigo.  

 Revisa incluso en tú vida cotidiana, ¿cuantas veces te sientas a la mesa sin siquiera tener hambre? ¿para qué comes entonces? ¿realmente tienes hambre? Pero estamos tan desconectados de nosotros que solo después de comer, nos decimos: ¡ay no debí haber comido! Y esto es un patrón que se repite y hace que a veces terminemos haciendo cosas que ni siquiera queríamos, entonces conviene preguntarte: ¿si tengo la intención de no hacerlo, para qué termino haciéndolo? 

  

Vivir mas pausados:  empezar a darme una pausa antes de hacer, por ejemplo, si me están preguntando ¿quieres ir a “x” lugar? detente en verdad y piensa: ¿en verdad quiero ir? o en el caso del uso desmedido del celular plantéate: ¿Que voy a buscar en el teléfono? Porque muchas veces buscamos el teléfono sin saber por qué, solo por mirar, así que vivir más pausado no es una oda a la pereza sino a la inteligencia.  

 Cuando uno está claro en lo que quiere, producto de escucharse, se puede pedir al otro con más exactitud lo que se necesita y nos vamos facilitando la vida. Entonces lo primero es escucharnos y obedecernos y luego expresarlo claramente.  

  

Escuchar el cuerpo: cuando sentimos alguna molestia en el cuerpo como migrañas, dolores, tensión, son señales de nuestro cuerpo de que hay alguna una emoción que estamos evadiendo, entonces pregúntate: ¿qué emoción estoy sintiendo en este momento? aburrimiento? tristeza? alegría? 

  

Tomar decisiones: ellas van dando forma a la existencia, y no tomarlas porque otros las tomaron, sino que sean en verdad propias. Cuando vamos sumando decisiones por tomar o que si las tomamos son en función de otros, nos vamos alejando de nosotros mismos. Así que puedes empezar por decisiones pequeñas, porque muchas veces las decisiones grandes se toman, cuando tomamos las pequeñas, y en definitiva todos tenemos decisiones pendientes.  

  

Recordar y asumir la libertad de elegir: yo elijo si quiero aprender de determinada situación, o si quiero sufrir, pero saber que siempre soy yo el que elijo, porque cuando olvidamos esto, dejamos que los otros o la vida decidan por nosotros, y esto tiene un costo alto. 

  

Concéntrate en enriquecer tú vida: en lo que te hace bien, y ten muy presente qué es lo que no te hace bien, porque si sabes que no te sienta bien ¿por qué vuelves a hacerlo?, ¿por qué vuelvo a comer eso que sé me hace daño?, ¿por qué vuelvo a ese lugar que sé no me hace bien? ¿Por qué vuelvo a escribirle a esa persona que ya sé que no me trae nada bueno? ¿Por qué vuelvo a pensar en eso que sé que me hace daño? A veces es más importante identificar lo que no nos hace bien, que elegir lo que nos hace bien.  

  

Autenticidad: vital para estar bien parados con nosotros mismos, identifica cuáles son tus valores, ¿qué es lo que no vas a negociar por nada del mundo? ¿qué es lo más valioso para ti? Porque si no tienes claro qué valoras, te vas empezando a perder, ya que cuando negociamos algo que para nosotros no es negociable ahí vá a aparecer el vacío.  

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